jueves, 21 de noviembre de 2019

Cenicienta desempolvada


Ensayo semiológico

Trabajo práctico

Segundo cuatrimestre de 2019

Título: Cenicienta desempolvada

Autora: Laura Micaela Torres

Los cuentos tradicionales son innumerablesaquí se tomará uno de ellos, Cenicienta, que pertenece a la amplia serie de cuentos de hada.

Un cuento de hadas es una historia ficticia que puede contener personajes fantásticos -tales como hadas, duendes, elfos, brujas, sirenas, troles, gigantes, gnomos y animales parlantes, así como encantamientos, bestias, bosques y/o castillos encantados- normalmente representados en una secuencia inverosímil de eventos, por lo menos desde una consideración realista.

Cenicienta es un cuento escrito por el francés Charles Perrault hacia 1697, de su historia se conocen muchas versiones, entre ellas la de los hermanos Grimm y el largometraje que realizó Walt Disney en 1959 donde se difundió la versión más conocida del cuento. Respecto a esto último, se puede señalar que a partir de que la industria del entretenimiento y los medios de comunicación comenzaron a realizar este tipo de adaptaciones, la  ideología, los estereotipos y las imposiciones sociales basadas en el género, se impusieron de manera más natural y cotidiana.

Los personajes de estos cuentos son, en su mayoría, “arquetípicos”, es decir, se corresponden con una concepción modélica a seguir, con unas características fijas. Por ejemplo, la niña buena la madrastra mala, el príncipe valiente, que son personajes que aparecen en Cenicienta. 

Estos cuentos, que en principio eran para los adultos, y luego fueron dirigidos a niños, en función de introducirlos en la narrativa o para entretenerlos, tienen una función educativa que refleja ciertos aspectos sobre los valores de una sociedad. En este sentido, Cenicienta es un cuento que enseña valores positivos como la generosidad, el perdón, la bondad, la paciencia, etc., que caracterizan a Cenicienta, pero también aspectos negativos como celos, envidia, maldad, odio, engaño, etc., atribuidos a la madrastra y hermanastras, no es casual que quien porta los valores positivos sea Cenicienta, la mas bella del reino, y que quienes portan características negativas sean las mas feas del reino, hay una intencionalidad a relacionarlo con la conexión entre la espiritualidad, el alma y el cuerpo físico, de acuerdo con esto, las hermanastras son feas porque sus personalidades están caracterizadas por aspectos negativos, es decir, su interior (su alma) es feo, “podrido”, enfermo, y ello se refleja en su exterior (su cuerpo) y, Cenicienta es bella, por lo positivo de sus valores.

Está intencionalidad se vincula también a lo educativo o pedagógico, a modo de “moraleja” Cenicienta guía a que los niños que lean este cuento, puedan observar  esta distinción corporal- espiritual y que, de este modo aprendan diferencias relacionadas con el bien y el mal, por ejemplo, pero también que, al ver que las hermanastras son feas porque odian y envidian, quieran adquirir los valores de Cenicienta, para “ser como ella”.

Cabe señalar que, el hecho de categorizar valores en “positivo” o “negativo” está vinculado con la percepción de la sociedad sobre los mismos, y por otro, en relación al cuento, con lo feo como negativo y lo bello como positivo.

El cuento Cenicienta, también refleja, a modo de espejo, además de los valores morales, los códigos éticos y de comportamiento, que predominan en una sociedad. En Cenicienta, por ejemplo, se puede observar a una doncella, que espera encontrar a su príncipe azul y casarse con él. En cambio, en los cuentos actuales, tanto en “La cenicienta que no quería comer perdices” o en la colección de “Antiprincesas”, estos códigos pretenden guiar a sus lectores a que vean que no solo se debe esperar al príncipe y casarse, sino también, que se pueden tener otras aspiraciones o deseos, que pueden ser casarse o no, y de eso se tratan todos estos cuentos, de las posibilidades, las elecciones y que se pueda elegir la vida feliz que se pretende, cuyas acciones estén motivadas por aspiraciones, deseos y no que los comportamientos y las acciones fundamentales para construir una vida, estén condicionadas por factores externos, como las imposiciones, los estereotipos o “lo que se espera de”.

El cuento de Cenicienta se construye sobre una estructura simple que facilita su compresión casi inmediata, posee un lenguaje simbólico y elementos maravillosos (vestidos hermosos, castillos y seres fantásticos) que atraen a sus lectores, generalmente niños, aunque también estos elementos maravillosos minimizan al máximo los problemas existenciales y son utilizados para resolver conflictos. El mundo mágico, por ejemplo, está muy presente en la transformación de animales y cosas que lleven la historia a una conclusión feliz, y la existencia de personajes con magia que ayudan al protagonista también. En Cenicienta es el hada madrina quien ayuda y a la vez soluciona el problema de Cenicienta de no poder ir al baile, donde también hay una transformación de animales, los ratones y de cosas, las calabazas, este uso de la magia tiene vinculación con que Cenicienta pueda ir al baile, que es la acción fundamental del cuento.

El cuento de la Cenicienta refleja a una doncella que no se rebela ante las injusticias que sufre, tales como ser despojada de sus pertenencias y bienes a manos de su madrastra (vestidos, joyas, etc.) o ser desplazada de su posición social a una que esta, de alguna manera, por debajo de los privilegios y las comodidades de que gozaba, sino que paciente espera por su príncipe azul, quien la sacara de su sufrimiento y agonía. Victima indefensa, Cenicienta solo puede verse libre de su calvario con un príncipe que la salve, y solo puede encontrar la felicidad soñada, casándose con él.

Esta circunstancia, este modo de actuar de Cenicienta la caracterizan como una mujer dócil y humilde, que acata las ordenes que se le dan sin protestar, educada de este modo, no puede hacer más que, como ya se señaló, esperar… esta es, la única solución posible e imaginable.

Por otro lado, Cenicienta es sumisa ante las peticiones de su madrastra y hermanastras, y también ante el príncipe, cuando decide elegirla como esposa. Se observa así, a través de esta caracterización del carácter de Cenicienta, la concepción modelo o arquetípica sobre la mujer en general, y mas particularmente sobre la mujer ama de casa, pues Cenicienta desea que su príncipe azul la reconozca, quiere casarse, vivir en el castillo y comer perdices.

El símbolo particular del zapatito de cristal que sólo calza en el pequeñísimo pie de la protagonista, se revela como aquel símbolo fetichista de la pureza y la sexualidad de las mujeres buenas.

Además, este símbolo particular del zapato de cristal está estrechamente vinculado con los conceptos de buen porte, elegancia, estatus social y un accesorio de determinados ámbitos, como lo es en el cuento, el baile organizado por el príncipe. Pero también, el hecho de que el zapatito de cristal le quede solo a ella es un indicador de que Cenicienta pertenece naturalmente a un estatus social superior, del que no son parte las hermanastras por ejemplo, que es mas bien fingida y que se esfuerzan por ser como Cenicienta.

Se podría decir que todo el cuento en sí mismo es un gran estereotipo, al menos visto desde la actualidad y que, a través de una estructura simple se oculta toda una significación profunda, que encierra un discurso ideológico, político y cultural Prueba de ello son los cambios que recaen sobre estos cuentos y las críticas que se realizan a los mismos.

En la actualidad, las cuestiones referidas a los cuentos tradicionales, la función de estos y, su papel en y para la sociedad han ido creciendo al igual que han surgido diversas estrategias que dan cuenta de ello: la reconstrucción de estos cuentos, con diferentes perspectivas y espacios, y también, la reconstrucción de la figura de princesas a través de, por ejemplo, la noción, nueva, de antriprincesas.

La colección de libros “Antriprincesas”  fue pensada por Nadia Fink y publicada en Argentina en 2015, por la Editorial Chirimbote.

En estos cuentos, no hay madrastras malas, ni zapatitos perdidos, tampoco sapos o doncellas dormidas que besar en nombre del amor romántico, en las “Antiprincesas” las protagonistas son mujeres luchadoras y protagonistas de sus propias historias. Son mujeres de "carne y hueso", inteligentes, que se atreven a romper los moldes de su época y que están decididas a hacer lo que desean hacer, sin quedarse en los lugares que estaban destinados para ellas o que se les imponían.

El mundo cambió y cada vez son más las voces que señalan los problemas de seguir mostrándole a niños y niñas que las mujeres son damiselas de cintura pequeña y pelo largo que necesitan ser rescatadas por un príncipe azul.


Las “Antiprincensas” Frida Khalo y Violeta Parra se dedicaban al arte popular. Juana Azurduy luchó por la liberación del Virreinato del Río de la Plata. Clarice Lispector y Alfonsina Storni nos permiten hablar del oficio de escribir. Ahora, las niñas tienen otras opciones, pueden elegir si quieren ser una Cenicienta que espera la llegada de su príncipe azul, o si quieren luchar sus propias batallas y construir sus historias por ellas mismas, y para ellas mismas.  

Asimismo, los cuentos tradicionales han sido retomados y modificados o adaptados según las nuevas necesidades pedagógicas o en general de los cambios que van surgiendo en la sociedad contemporánea.

Los discursos de los cuentos que tratan de rompen con la socialización diferenciada de género como La Cenicienta que no quería comer perdices, cuento escrito por Nunila López Salamero, transgreden los estereotipos establecidos y tratan de mostrar una sociedad más igualitaria.

El cuento en sí, trata de ofrecer una visión de las mujeres, sobre los deseos que se les ha enseñado a tener y las vidas sumisas y silenciosas que han llevado. Sigue habiendo una estructura simple, pero se han eliminado los elementos maravillososreemplazados por una estrategia técnica como el humor y la ironía , y en consecuencia, la historia se ha vuelto más real, más cercana y presenta un nuevo modelo de protagonista, la mujer cambió su papel de víctima indefensa a la espera del valiente y honrado príncipe a un personaje que se cuestiona y se pregunta si sus elecciones son lo que realmente quería o si ha caído en la ideología hegemónica del momento y si, presionada por la sociedad, ha hecho lo que se esperaba que haga.

La protagonista principal de este cuento es Cenicienta, una mujer que tras mucho intentarlo consigue ir al baile que ofrece el príncipe en su palacio, pero una vez que se casa con él, descubre que la vida junto a un príncipe no era como ella se la imaginaba, que no es feliz, que se siente sola, pues el príncipe no le presta ninguna atención, reprimida y poco valorada.

A lo largo de la historia se observa que Cenicienta va evolucionando, comienza siendo el estereotipo de mujer oprimida y sumisa que ha dejado de lado sus ilusiones y sus deseos por someterse a los de su marido, pero tanto su carácter como su forma de ser y de relacionarse con los demás se van transformando con ella, tras abandonar al príncipe y comprender que no necesita de nadie para ser feliz decide vivir su vida a su manera sin tener en cuenta lo que de ella se espera ni tratar de cumplir con las pautas establecidas.

Solo como un símbolo de este hecho aparece el tema de las perdices. Es un símbolo muy importante también en los cuentos clásicos, que representan la felicidad y el casamiento. Sucede que a este príncipe le encantan, y que ella le debe cocinar, a pesar de que no le agradan en absoluto (pues es vegetariana).

Así, como las reconstrucciones de los cuentos, los estudios Disney comenzaron un delicado proceso en el que van modificando, cambiando, a algunos de sus personajes más queridos. La audiencia no está dispuesta a admitir  un bloque uniforme y formateado de historias de mujeres débiles y parecidas entre sí, con títulos como Frozen, Moana, Valiente, se ha tratado de implementar estas nuevas perspectivas y nuevas exigencias.

También, películas como La bella y la Bestia, Maléfica (personaje malvado que pertenece al cuento de La bella durmiente), Caperucita roja, y de alguna manera menos fuerte como las anteriores Cenicienta, han sido nuevamente producidas, respetando e incluyendo la gran aglomeración de cambios sociales, políticos y pedagógicos presentes en la contemporaneidad, por ejemplo, a muchas se le ha dado un cambio de perspectiva, Maléfica ya no es la bruja malvada que por celos y envidia hechiza a la hija del rey, sino que es una mujer deshonrada y traicionada, al estilo de Medea, que busca venganza por la traición de su enamorado.

Los cuentos de hadas son una expresión popular que ha reflejado el sentir colectivo de una sociedad a lo largo del tiempo, y es por ello que presenta unos estereotipos, que en la actualidad están siendo cuestionados, tales como la sumisión de Cenicienta al príncipe y a su madrastra, es decir, la sumisión general de la mujer frente a otros, o que la felicidad de la vida de una mujer, y de Cenicienta, dependen del matrimonio.

Este tipo de conductas en la actualidad quedan obsoletas, porque se aspira a que haya más de una perspectiva, que se sepa que hay más posibilidades y los roles de los personajes pueden cambiar con los tiempos para adaptarse a las nuevas normas sociales, como podemos ver en la mencionada La Cenicienta que no quería comer perdices. 


miércoles, 20 de noviembre de 2019

¿Habrá "gato" para rato?

Ensayo semiológico

Trabajo práctico

Segundo cuatrimestre de 2019

Título: ¿Habrá gato para rato?

Autora: Sofía Pavesi

Desprovista de toda connotación, la palabra gato remite al felino, pero, como toda cosa en este mundo, los animales también caen bajo el yugo subjetivo de la mirada humana. La productividad de su connotación tiene amplísimas fronteras, sus acepciones podrían encontrar un sentido tanto en la brujería o mala suerte medieval europea como en la jerga política argentina del siglo XXI.

El discurso político es a menudo de difícil decodificación, no sólo porque el funcionamiento de las gestiones gubernamentales no es sencillo de transmitir o de ser comprendido por los ciudadanos alejados de la política representativa, sino, y, sobre todo, porque suele ocultar más de lo que muestra públicamente. Quizás para allanar este camino, la capacidad de síntesis que suele presentar la cultura popular haya tomado las figuras políticas argentinas como objeto de reiteradas vinculaciones con animales a lo largo de la historia. Al respecto, en una nota dada al diario Perfil, el autoproclamado creador de Macri gato, Matías Mustacciolo, recuerda que el mecanismo connotativo en cuestión no es novedoso, "A Néstor se le decía pingüino, a Onganía la morsa, a Illia la tortuga. ¡Incluso a CFK la llamaban la yegua! Tampoco es la primera vez que este animal entra en la política argentina: Perón decía que el peronismo era como una bolsa de gatos. El “Macri gato” explotó como un fenómeno viral que trasciende lo “gato” y trasciende a Macri: está cargado de muchos simbolismos." Esta última afirmación se destaca, pues, frente a las metáforas históricamente tan comunes en Argentina, cabe preguntarse si "lo gato” que acompaña el apellido del actual presidente implica, en realidad, una trascendencia distinta.

Abarcar todas las connotaciones de las que ha sido objeto sería una tarea muy dificultosa, sin embargo, se torna inevitable prestar especial importancia a una en particular: cierta convención vincula “gato” con el concepto de vigilancia.

De acuerdo con las características del animal, pareciera coherente pensar el término en relación a la vigilia nocturna, aunque la implicancia semántica es mucho más directa y clara. El denominado “lenguaje tumbero” ofrece una explicación. En las cárceles llaman “gato” al obsecuente del jefe del pabellón, quien ejerce autoridad no para él, sino para los miembros de mayor jerarquía, “Macri sería el gato de alguien más: de Trump o de las empresas, según a quién se le pregunte”, afirma Mustacciolo.

Es cierto que, si hablamos de Mauricio Macri, la tentación de poner en foco el histórico lazo entre la derecha y la vigilancia se hace difícil de rehusar y, por supuesto, también es verdad que se trata de una relación peyorativa. Esas no son las reflexiones más interesantes si desvían la atención hacia la manera en que su destinatario lo recibe, esto es ¿qué piensa Macri sobre su impuesta condición de gato?

Los integrantes de Propuesta Republicana (PRO) son activos usuarios de las redes sociales, que usan para comunicar su mensaje político. Es a través de Instagram que el presidente calificó su apodo de "muy ocurrente" con cierto agrado, pero, a la luz de las numerosas significaciones que caracterizan la palabra, es factible pensar que esta actitud no responde más que a la puesta en acción del mito burgués en términos de Roland Barthes. Así, la adjetivación pone en funcionamiento un mecanismo doble, por un lado, el presidente asume la significación del epíteto como algo vagamente negativo -de otro modo, su declaración sería impertinente-, pero esa misma vaguedad es también compensatoria, ya que permite deshistorizar el término. Difícilmente premeditada, la “ocurrencia” es siempre espontánea, por lo que el término descripto de este modo parece carecer de segundas intenciones o, por lo menos, de intenciones demasiado racionalizadas. Como consecuencia, el procedimiento de la “vacuna” ha sido efectivo, se ha admitido cierta probable negatividad en pos de rescatar la cercanía que generan los apodos y el carácter despectivo queda sin soporte. Así, el significado de gato resulta tan vacío como su connotación, la vinculación con el lenguaje carcelario no pasa ni remotamente por el pensamiento del mandatario, quien no contento con sus declaraciones cibernéticas, a principios de 2019 aprovecha un acto oficial en la localidad de Roque Pérez (Buenos Aires) para presumir, también con picardía, la coincidencia entre su apodo y el lugar geográfico en el que desarrolla su anuncio, Arroyo El gato. Mucho más cerca del presente, a comienzos de noviembre, tras perder las elecciones, el actual presidente encabezó un encuentro de gabinete que aprovechó para mostrar cierta expectativa respecto del futuro de su carrera política a pesar de la derrota. Como estrategia discursiva recurrió a su apelativo para romper la tensión: “…no me voy a ir a ningún lugar. Hay Mauricio para rato. O debería decir: hay Gato para rato”, bromeó.

Desde el comienzo de la gestión presidencial hasta la actualidad, la cantidad de episodios mediáticos que otorgan importancia al seudónimo podrían llenar varias páginas, pero arribarían todos al mismo resultado: tanto Macri como sus seguidores lo festejan.

Macri gato, la marca

Las nuevas tecnologías mediáticas no sólo son contenedoras de información, sino que ejercen una dinámica influencia sobre sus usuarios. Se trata de un abstracto -o quizás, muy concreto- comercio de ideas. Al respecto, el filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky observa el nacimiento de un nuevo tipo de comunicación política en Estados Unidos alrededor de los años '50, que bien podría reinterpretarse a través de la actual dinámica tecnológica. Según explica, luego del marketing comercial, el marketing político pretende vender un "producto" con métodos de seducción que involucran, entre otras estrategias, una aparente sinceridad o simplicidad, ¿no es esto, acaso, lo que hace Macri al compartir su simpatía respecto al seudónimo en redes sociales o al comentarlo para romper la formalidad de actos políticos?

No es casual que el joven diseñador gráfico arriba nombrado salga en numerosos medios como una especie de héroe social por haber creado una página web sobre el tema, y denominar Macri gato como “marca propia”. Un titular de tantos, publicado en agosto de 2017, destaca sus dichos: "Soy el responsable del triunfo de Cambiemos en todo el país". Aunque se trate de una nota incorporada a la sección "Humor político" (Infobae), como toda broma tiene cierto contenido de verdad pues, si bien el muchacho no ha inventado el apodo, sí su difusión como producto on line al que atribuye efectos políticos.

Una de las características centrales de la publicidad es generar identificación entre usuario y mensaje, esto es, entre consumidor y producto. El vínculo es de una necesidad inventada, pero tan bien, que su apariencia es verosímil por completo. Ahora, si se toma Macri gato como una marca, es decir, como producto del marketing político argentino, la “necesidad inventada” se tornará, quizás, un poco más realista y jugará un rol muy importante. En tal sentido, cabe una breve retrospectiva: es posible afirmar que la mediatización viral de gato como adjetivo del presidente tuvo origen en una oposición al oficialismo con intenciones de atacar su imagen ideológicamente. Frente a ello, es posible que, si bien las intenciones insultantes fueran claras, no así su específico contenido connotativo, por lo que puede pensarse que gato implicara una calificación extraña para Macri que, incapaz de imaginar la rareza de lo otro, cual burgués desde la perspectiva barthesiana, sólo advirtió cierta peligrosidad en su identificación con el término.

Podría decirse, entonces, que esta felinidad amenazante de la renovada vitrina mediática, le ofreció las mismas dos alternativas que tiene cualquier consumidor: despreciar la oferta y dejar stock disponible para los demás compradores, o interpretarla como una necesidad y apropiársela para asegurar su efecto, naturalizar su adquisición como rasgo distintivo de su persona.

Sobre el impacto final del procedimiento connotativo en la imagen pública de Mauricio Macri podría escribirse otro artículo, pero no hay dudas de la certeza que sobre el discurso político establece Lipovetski: los publicistas han ganado la partida.


martes, 6 de agosto de 2019

Giles Lipovetsky: la política abandona las alturas


La esfera de lo político ha tomado el tren en marcha: en cualquier caso, ha entrado en seguida en la tónica de la publicidad y el look. Desde los años cincuenta, se desarrolló en Estados Unidos una comunicación política cercana a la publicidad moderna, que utilizaba los principios, las técnicas y los especialistas de la publicidad: orquestación de campañas electorales por agentes de publicidad y expertos en media, realización de spots de un minuto a partir del modelo publicitario y aplicación de los métodos de la investigación motivacional en la elaboración de los discursos, las actitudes y la imagen de los líderes. Después del marketing comercial, el marketing político; no se trata ya de convertir ideológicamente a los ciudadanos, se trata de vender un “producto” con la mejor envoltura posible. Ya no austero machaconeo de la propaganda, sino seducción del contacto, de la simplicidad y la sinceridad; ya no encantamiento profético, sin» el embaucamiento de los shows personalizados y la vedetización de los líderes. La política ha cambiado de registro, la seducción se la ha anexionado en gran parte: todo se dirige a dar de nuestros dirigentes una imagen de carácter simpático, caluroso y competente. Exhibición de la vida privada, pequeñas entrevistas aterciopeladas o catch a dos, todo ello se pone en práctica a fin de reforzar o corregir una imagen y para suscitar, más allá de los móviles racionales, un fenómeno de atracción emocional. Intimismo y proximidad; el hombre político interviene en las emisiones de variedades, aparece en atuendo deportivo, no duda en salir a las tablas: antaño V. Giscard d'Estaing tocaba el acordeón, ahora Francois Léotard entona L’Ajacienne. Lionel Jospin interpreta Les feuilles mortes y Mitterrand trata de estar en la “onda”. La escena política se desvincula de las formas enfáticas y distantes en beneficio del oropel y de las variedades: en las campañas electorales se recurre a famosos de la pantalla y del show-biz, y se lanzan divertidas camisetas, pegatinas y diversos artilugios de apoyo. Euforia y confetti; los mítines políticos son una fiesta, se pasan vídeo-clips, se baila el rock y cheek to cheek.

Los anuncios también han sido metamorfoseados por el appeal publicitario. Los anuncios agresivos, solemnes o pesadamente simbólicos han cedido su lugar a la sonrisa de los políticos corbata al viento y a la inocencia de los niños. Los publicistas han ganado la partida; la expresión política debe estar “conectada”, hacen falta diversión y comunicación creativa; vemos ya cómo se multiplican los anuncios y eslóganes de tonalidad afectiva, emocional y psicológica (“La fuerza tranquila”, “Vivamente mañana”, “No tengamos miedo a la libertad”). No es suficiente decir la verdad, hay que decirla sin aburrir, con imaginación, elegancia y humor. Los guiños graciosos y los remedos están en primer plano: el presidente Carter ya había contratado un gagman para hacer más atractivos sus discursos, ahora, el espíritu fun impregna las campañas humorísticas de los partidos que, en la prensa, se publican en forma de tira cómica o de anuncios (“¡Socorro, vuelve la derecha!”, “Dime, derecha bonita, ¿por qué tienes los dientes tan largos?”, “La gran desilusión: doce meses en exclusiva”). El proceso de la moda ha reestructurado la comunicación política: aquí no entra nadie si no es seductor y distendido; la competencia democrática pasa por los juegos de coqueteo, por los paraísos artificiales del entertainment, de la apariencia, de la personalidad mediática. (...)

El fragmento pertenece al capítulo “La publicidad abandona las alturas”, su autor es el pensador francés Giles Lipovetsky (foto), y pertenece al libro El imperio de lo efímero. La moda y su destino en las sociedades modernas (Barcelona, Anagrama, 1990, traducción de Felipe Hernández y Carmen López) que puede leerse completo aquí.



De la erótica política al porno del poder


(Por Jordi Ëvole, desde Estados Unidos. La Vanguardia, Madrid, martes 6 de agosto de 2019, reproducido en la Argentina por el diario Clarín de la misma fecha)- Diluvia en Orlando, EE.UU., pero nadie se mueve de la cola. Algunos han pasado aquí toda la noche para verle de cerca. No actúa un grupo de rock. Ni de pop. Ni de reguetón. Hoy hay heavy metal. Actúa Donald Trump.

Quedan 10 horas para el mitin y ya hay decenas de vendedores ambulantes por las calles de acceso al lugar elegido por el presidente estadounidense para arrancar su nueva carrera electoral. Me sorprende que aparte de las camisetas tradicionales de apoyo a Trump, haya otras mucho más ofensivas. Una con caricatura del presidente orinando sobre las siglas de la CNN. Otra pidiendo prisión para Hillary Clinton.

Entre la multitud que ya hace cola, una bicicleta gigante, más propia de una pista de circo, se pasea con un cartel dedicado a Alexandria Ocasio-Cortez, la nueva sensación del Partido Demócrata. Ocasio aparece sonriendo, con toda la dentadura al aire. A su lado colocan la foto de un asno, también sonriendo. Varios dobles de Trump, se hacen selfies con sus seguidores. Todo es de brocha gorda. Cero sutileza. Hemos pasado de la erótica al porno del poder.


No estamos acreditados. Igualmente nos ponemos en la cola de prensa con otros tantos periodistas. Llegamos al mostrador donde te autorizan o te deniegan la entrada. Ponemos cara de perro tristón. “Es muy triste pedir, pero más triste es quedarse sin entrar a un mitin de Trump después de hacer 7.000 kilómetros”. La moneda cae de nuestro lado y Marc González, el director de foto que me acompaña desde hace once años, y yo entramos. Antes nos revisan uno por uno los objetos que llevamos en la mochila, incluida la caja de Almax necesaria para poder digerir todo esto.

La mayoría de medios ya se han colocado en la tarima destinada a la prensa. Ya no hay sitio para nosotros. Pero encontramos un hueco a pie de pista para colocar el trípode. Alguien me da un golpe. Es el cámara de la Fox. Se ve que le molesto en su ángulo de visión, y no ha encontrado mejor manera de hacérmelo saber que dándome un microfonazo. Ya me habían hablado de la agresividad de su cadena.

Esto no es un mitin. Es un show. Música a tope que levanta el ánimo de los que se han mojado por el presidente. La playlist de Trump no tiene desperdicio. Suena Macho man de los Village People, un himno gay para un público al que a priori no imaginaría desfilando en el día del Orgullo. El Dj no se ruboriza pinchando Sympathy for the devil. Ya se puede quejar Jagger de que Trump utilice sus hits. Al presidente se la suda. Como se la suda que se queje Neil Young, del que pinchan Rockin’ in the free world

Aparece el hijo de Trump, al ritmo de uno de los temas principales de Rocky, Eye of the tiger. El vicepresidente Mike Pence no peca de modestia y entra con Simply the best de Tina Turner. Y la apoteosis se desata con la entrada de Donald y Melania Trump. God bless the USA, de Lee Greenwood. Un himno patriótico, tan patriótico que, de lo bien que funcionó, su autor decidió traspasar fronteras y publicó, con los mismos acordes y letra parecida, God bless Canada.

Melania habla dos minutos para presentar a su marido. Su marido nos mete una chapa de más de una hora, plagada de referencias a la prensa que son aprovechadas por sus seguidores para abuchearnos. El acto lo despiden de nuevo los Stones: You can’t always get what you want (“No siempre puedes conseguir lo que quieres”), ­excepto si eres Donald Trump, y llevas años haciendo lo que te da la gana. Llego al hotel y en el lobby suena una versión melódica de Boys don’t cry, de The Cure. Y lo único que querría es romper a llorar. ¿Cómo habremos llegado hasta aquí?

Ejercicio:

Confronte la presentación y estrategia general de la campaña electoral de Donald Trump, según se infiere de esta crónica y surge de la foto que lo acompaña con la que traza el Frente para Todos con "Tu afiche con Alberto", según se puede ver más abajo.


viernes, 26 de julio de 2019

Fotogenia electoral, de Roland Barthes


Algunos candidatos a diputado adornan con su retrato sus folletos electorales, lo que presupone que la fotografía tiene un poder de conversión que es necesario analizar. Ante todo, la efigie del candidato establece un nexo personal entre él y los electores; el candidato no sólo da a juzgar un programa, sino que propone un clima físico, un conjunto de opciones cotidianas expresadas en una morfología, un modo de vestirse, una pose. De esta manera, la fotografía tiende a restablecer el fondo paternalista de las elecciones, su naturaleza "representativa", desordenada por la representación proporcional y el reino de los partidos (la derecha parece usarla más que la izquierda). En la medida en que la fotografía es elipsis del lenguaje y condensación de un "inefable" social, constituye un arma antiintelectual, tiende a escamotear la "política" (es decir un cuerpo de problemas y soluciones) en provecho de una "manera de ser", de una situación sociomoral. Se sabe que esta oposición es uno de los mitos mayores del poujadismo (Poujade -foto- en la televisión: "Mírenme: soy como ustedes").

La fotografía electoral es, pues, ante todo, reconocimiento de una profundidad, de algo irracional extensivo a la política. Lo que atraviesa la fotografía del candidato no son sus proyectos sino sus móviles, las circunstancias familiares, mentales, hasta eróticas, todo ese modo de ser, del que a la vez es producto, ejemplo y estímulo. Es claramente perceptible que lo que la mayoría de nuestros candidatos da a leer en su efigie es su posición social, la comodidad espectacular de normas familiares, jurídicas, religiosas, la propiedad infusa de ese tipo de bienes burgueses, como por ejemplo, la mesa del domingo, la xenofobia, el bistec con papas fritas, la comicidad del cornudo, en resumen, lo que se llama una ideología. El uso de la fotografía electoral supone, naturalmente, una complicidad: la foto es espejo, ofrece en lectura lo familiar, lo conocido, propone al lector su propia efigie, clarificada, magnificada, orgullosamente trasladada al estado de tipo. Esta ampliación, por otra parte, define exactamente la fotogenia: el elector se encuentra expresado y transformado en héroe, es invitado a elegirse a sí mismo, a cargar al mandato que va a dar con unaverdadera transferencia física: delega su "casta". Los tipos de delegación no son  demasiado variados. En primer lugar se encuentra el de la posición social, la respetabilidad, sanguínea y corpulenta (listas "nacionales"), o sosa y distinguida (listas M.R.P.). Otro tipo es el del intelectual (aclaro que para el caso se trata de tipos "significados" y no de tipos naturales); intelectualidad hipócrita de la Reunión nacional, o "penetrante" del candidato comunista. En ambos casos, la iconografía pretende significar la extraña conjunción de pensamiento y voluntad, de reflexión y de acción: el párpado algo plegado deja filtrar una mirada aguda que parece extraer fuerza de un bello sueño interior, sin que por eso deje de fijarse en los obstáculos reales, como si el candidato ejemplar debiese unir en la imagen, magníficamente, el idealismo social con el empirismo burgués. El último tipo es el del "buen muchacho", señalado al público por su salud y virilidad. Algunos candidatos, además, interpretan de manera notable dos tipos a la vez: de un lado de la moneda aparece como galán joven, héroe (en uniforme); del otro, hombre maduro, ciudadano viril que impulsa adelante a su pequeña familia. Con frecuencia el tipo morfológico se complementa con atributos absolutamente claros: candidato rodeado de sus chiquillos (acicalados y arregladitos como todos los niños fotografiados en Francia), joven paracaidista con las mangas remangadas, oficial revestido de condecoraciones.

La fotografía, en este caso, constituye un verdadero chantaje a los valores morales: patria, ejército, familia, honor, pelea. La convención fotográfica en sí misma está, por otra parte, llena de signos. La exposición de frente acentúa el realismo del candidato, sobre todo si está provisto de anteojos escrutadores. En esta actitud, todo expresa penetración, gravedad, franqueza: el futuro diputado dirige la mirada al enemigo, al obstáculo, al "problema". La exposición de tres cuartos, más frecuente, sugiere la tiranía de un ideal: la mirada se pierde noblemente en el porvenir; no enfrenta, domina y siembra un "más allá" púdicamente indefinido. Casi todos los tres cuartos son ascensionales, el rostro aparece elevado hacia una luz sobrenatural que lo aspira, lo transporta a las regiones de una humanidad superior, el candidato alcanza el olimpo de los sentimientos elevados, donde cualquier contradicción política está resuelta: paz y guerra argelinas, progreso social y beneficios patronales, enseñanza "libre" y subvenciones a la remolacha, la derecha y la izquierda (¡oposición siempre "superada"!), todo esto coexiste apaciblemente en esa mirada pensativa, noblemente fijada sobre los ocultos intereses del orden.

Tomada de Roland Barthes, Mitologías (1957), México, Siglo XXI, 1980, traducción de Héctor Schmucler.


Ejercicio:

1-Explique qué quiere decir Roland Barthes cuando sostiene que a través de la fotografía el político instaura “un clima físico”.

2-Comente la siguiente afirmación: “En la medida en que la fotografía es elipsis del lenguaje y condensación de un ‘inefable’ social, constituye un arma antiintelectual, tiende a escamotear la ‘política’ (es decir un cuerpo de problemas y soluciones) en provecho de una ‘manera de ser’, de una situación sociomoral”.

3-Comente la siguiente afirmación: “(A través de la fotogenia electoral) el elector se encuentra expresado y transformado en héroe, es invitado a elegirse a sí mismo, a cargar al mandato que va a dar con una verdadera transferencia física”.

4-Analice los ejemplos que siguen a partir de las observaciones que realiza Barthes, sobre todo en la parte final de su breve ensayo.








Argentina 2019: los "presidenciables"


El texto y las fotografías que siguen integran el informe “Los desafíos en campaña. La imagen de los candidatos: debilidades y fortalezas, según los especialistas”, de Jazmín Bullorini, publicado por el diario Clarín en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 26 de julio de 2019. Tiene como atractivo la convocatoria de una serie de especialistas para resumir los rasgos principales -virtudes y defectos- de las tres parejas de candidatos que, según las encuestas, disputarán este año la presidencia de la Argentina. Aquí interesa como disparador del análisis a la luz del ensayo pionero de Roland Barthes que se reproduce más arriba y para poner en práctica el conjunto de las herramientas que brinda la semiología para el estudio de las diversas formas del discurso político. Un primer y obvio ejercicio bien podría ser sumar al análisis todos o algunos de aquellos candidatos "menores" que este artículo no considera.

Las debilidades y fortalezas que refleja la imagen de un candidato juegan un rol clave en las campañas electorales, cada vez más digitadas por los asesores estrellas que contratan las distintas fuerzas políticas. En diálogo con Clarín dos especialistas en opinión pública y comunicación analizaron los desafíos que las principales fórmulas tienen por delante.

Frente de Todos - Alberto Fernández y Cristina Kirchner

Cristina Kirchner

“¿Qué quieren? ¿Que me levante? Ah, bueno. Yo quería hacerlo onda living, una cosa más descontracturada, no tan 'uy, ahí habla y ahí va a volver a gritar, y el dedito y el pelito'. No. Más tranqui, más tranqui...”.

Esas fueron las primeras palabras de Cristina Kirchner en la presentación pública de la fórmula con Alberto Fernández, el 25 de Mayo en Merlo, después de que la militancia le pidiera a los gritos que se parara del sillón dispuesto sobre el escenario para verla mejor.

“Cristina tiene muy en claro lo que irrita de ella: sus tonos de voz, cómo señala con el dedo, cómo se toca el pelo. Sabe que transmite una imagen de autoritarismo. Los asesores aconsejamos hacer de la debilidad una fortaleza. Ese día ella lo hizo al reírse del tema y exponerlo" opina Daniela Aruj, consultora política especialista en imagen y coaching.

Por eso también, señala Aruj, Cristina está en modo soft. "Trata de mantenerse corrida del centro de la campaña, con un tono y una forma muy cuidada. La presentación de su libro es una buena forma de hacer campaña por una tangente, aunque cada tanto algo se le escapa. Lo del hada virginal que dijo sobre María Eugenia Vidal, por ejemplo, fue un error porque le jugó más a favor a Vidal. Cuanto más se preserve es mejor para ella", agrega.

Para Ricardo Rouvier, titular de Rouvier & Asociados, "el caudal de votos que mantiene y la unificación del peronismo que logró detrás de su figura son las principales fortalezas" de la ex mandataria, mientras que su punto flaco, es "la situación judicial en la que está envuelta, con una decena de ex funcionarios suyos procesados".

Alberto Fernández

“Cristina piensa que soy muy conciliador, y es cierto. Pero cuando es necesario sé poner las cosas en su lugar”, asegura, mirando a cámara, Alberto Fernández, único protagonista del primer spot difundido por el Frente de Todos.

"La debilidad de Alberto es que no es un jefe político, por eso todavía tiene una tarea de posicionamiento y reconocimiento por delante", apunta Rouvier y remarca como positivo del ex funcionario sus "formas moderadas, su figura más volcada hacia el centro y abierta al diálogo".

“Le falta ponerse el saco de candidato. Su principal problema es la sombra que pesa sobre él de que es un títere de Cristina Kirchner. Y pelear contra eso es una batalla muy difícil porque la realidad es que la gran mayoría lo va a votar más por Cristina que por él”, coincide Aruj.

En ese sentido, recomienda: “Tendría que dejar de intentar imponerse como líder -porque aparte tiene un tono de voz aflautado que lo eleva y lo hace parecer enojado- y enfocarse en complementar a Cristina con lo que se espera de él: ese costado más dialoguista que ayuda a seducir al votante del medio todavía indeciso”.

Juntos por el Cambio - Mauricio Macri y Miguel Angel Pichetto

Mauricio Macri

"La fortaleza de Macri es que hay un conglomerado fijo que ronda el 30 % dispuesto a votarlo a pesar de la situación económica. Pero ese número no le alcanza. Por eso, su principal dificultad es cosechar nuevos votos en esta situación recesiva. Tiene que encarar un trabajo especial de comunicación y persuasión", considera Rouvier.

Según el especialista en opinión pública, el problema del Gobierno y el Presidente es que al no haber podido contener la economía es visto como "ineficaz".

"Había generado esperanza de cambio y renovarla después de cuatro años de gestión no es fácil. A favor también tiene un factor externo, que es el fuerte rechazo a la figura de Cristina Kirchner", señala Rouvier.

Para Aruj, el mayor desafio de Macri es “recuperar al desencantado”. "No alcanza con mostrar obras, tiene que volver a enamorar, recuperar el mensaje de que un país diferente es posible y mostrar cuál es la idea", considera, y agrega: "La oratoria no es su fuerte, pero ese no es un problema si es creíble. Por eso debería enfocarse en un mensaje simple pero sentido. Hablar de las cosas que le importan a la gente".

El liderazgo de Macri es otro punto de análisis. "Su liderazgo es fluctuante. Suele retomar las riendas para las campañas, donde empieza incluso a utilizar un volumen de voz más fuerte, o frases como “estoy caliente” que son poco habituales en su estilo. Es natural que lo haga en medio de la remontada que está necesitando”, analiza Aruj.

Miguel Angel Pichetto

Tanto Aruj como Rouvier coinciden en que Miguel Angel Pichetto no le trae votos al oficialismo, pero sí le aporta a la fórmula desde lo político.

"Pichetto retoma el diálogo con un votante Pro puro, más conservador, que Cambiemos tenía relegado. Tiene la capacidad de hablar de temas innombrables o políticamente incorrectos. No tiene problema en abordarlos, lo hace con naturalidad y eso gusta”, considera Aruj.

"Más allá de la gobernabilidad -en caso de que vuelvan a ganar- lo positivo de Pichetto es que neutraliza votos del kirchnerismo", agrega Rouvier.

Pichetto fue trending topic en Twitter el día que apareció en una recorrida junto a Horacio Rodríguez Larreta con la típica campera inflada que usan muchos funcionarios de Cambiemos. “Su estilo, tan formal, está en proceso de adaptación. Lo están aggiornando para que tenga una imagen más descontracturada y canchera como la del Pro”, remarca Aruj.

Consenso Federal - Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey

Roberto Lavagna

"Lavagna tiene a favor su prestigio internacional y su condición de economista con experiencia. En contra, yo creo, están los errores políticos: creer que con su nombre solo alcanza, lo que le dejó es una pose de soberbia", plantea Ricardo Rouvier.

 “La edad, que había sido señalada como una debilidad antes que se lanzara, yo creo que era una fortaleza porque varios gobernadores barajaban la posibilidad de ser su vice, esperaban un gobierno de transición. Pero Lavagna, empezó a discriminar con el dedo como si fuera un patovica en la puerta del boliche y no logró el consenso que proclamaba su espacio”, asegura Aruj y sigue: “Igualmente logró quedar al mando de un espacio pero como líder que no es líder. Armó una imagen de Mesías que en la política real no funciona”.

Para la especialista, Lavagna "tiene que trabajar la empatía, dejar de hablar de la economía macro, los indices los inversores o el FMI y llegarle a la gente común, hablar del precio de la carne, de lo chiquito".

Juan Manuel Urtubey

"Juan Manuel Urtubey tiene a favor su juventud y experiencia, aunque como gobernador de Salta tiene una imagen conservadora que no lo ayuda. Tiene que encontrar algo único para mostrar, un sello propio para diferenciarse de otros mandatarios jóvenes y posicionarse. Si no tenés un sello propio no te diferencian y si no te diferencian no te votan", plantea Aruj.

"A Urtubey le falta fuerza como candidato y terminar de hacerse conocido", coincide Rouvier.


Ejercicio:

Fernández, un hombre común entre el común de la ciudadanía

Siguiendo el mismo concepto de los spots televisivos que resaltan en el presidenciable Alberto Fernández su característica de “hombre común”, hace unos días aparecieron en las paredes de la ciudad afiches en los cuales junto al rostro grande de Fernández, de igual tamaño y a su lado, se muestran una o dos caras de simples argentinos de los cuales solo se indica el nombre y la profesión -“María, maestra”, “Juan, taxista”, etcétera- En ese mismo momento, acompañando los carteles propagandísticos, la campaña electoral del Frente de Todos sumó una iniciativa novedosa: la posibilidad de que cada persona agregue su foto a la imagen de Alberto Fernández, como en los afiches de campaña. Se trata de una aplicación disponible en la web. 


En la vieja tradición de los cartones pintados donde se podía asomar la cabeza por el agujero estratégicamente ubicado para fotografiarse con cuerpo de sirena o forzudo del circo o, más tarde y con mejor calidad de imagen, con el brazo amistoso sobre el hombro de parte de Michael Jordan o Paul McCartney, con la app disponible para usar desde el celular, los “ciudadanos comunes” pueden colocar una foto personal y compartir sonrisas junto con la del precandidato presidencial peronista.

1-Busque en un diccionario o enciclopedia la palabra “participación”. A partir de la definición encontrada los estudiantes deberán debatir, apelando a su memoria y sentido común, el significado habitual que se otorga a la fórmula lingüística “participación política”.

2-Con las conclusiones del breve debate anterior ahora deberán reflexionar sobre los alcances de la “participación política” en los tiempos de las redes sociales las apps y las nuevas tecnologías, teniendo en cuenta el ejemplo que en esta entrada se detalla.

3-Finalmente relacionarán este caso con el apartado dedicado al uso de la “selfie” como propaganda política que aparece en la entrada siguiente.