La teórica de la
literatura y el feminismo, psicoanalista y escritora francesa, autora de Semiotiké, nacida en Bulgaria en 1941,
Julia Kristeva, realizó la entrevista al filósofo galo Jacques Derrida
(El-Biar,
Argelia francesa, 1930-París, 2004) que se reproduce a continuación. Fue publicada en Information sur les Sciences Sociales, VII, 3, París, UNESCO,
junio de 1968, y recogida luego en el libro de Derrida llamado Positions (París, Les Editions de Minuit,
1972). La traducción al castellano pertenece a Freddy Téllez.
Julia Kristeva: -La
semiología se construye actualmente sobre el modelo del signo y de sus
correlatos: la comunicación y la estructura. ¿Cuáles son los límites
"logocéntricos" y "etnocéntricos" de esos modelos, y cómo no pueden
servir de base a una notación que quisiera escapar de la metafísica?
Jacques Derrida: -Todos
los gestos son aquí necesariamente equívocos. Y suponiendo, lo que no creo, que
se pueda un día escapar simplemente de la metafísica, el concepto de signo
habrá sido, en ese sentido, un freno y un regreso a la vez. Pues si por su raíz
y sus implicaciones es de parte en parte metafísico, sistemáticamente solidario
de las ideologías estoicas y medievales, el trabajo y el desplazamiento a los
cuales ha sido sometido -y del cual ha sido curiosamente un instrumento- ha
tenido efectos de-limitantes: ellos
han permitido criticar la pertenencia metafísica del concepto, de marcar y
distender los límites del sistema en el cual el concepto de signo ha nacido y
ha comenzado a servir, y de arrancarlo hasta cierto punto, de su propio
terreno. Ese trabajo hay que llevarlo lo más lejos posible, pero no se puede
evitar el reencuentro, en un cierto momento, de "los límites logocéntricos
y etnocéntrícos" de dicho modelo. Es quizás en ese momento que habría que
abandonar el concepto de signo. Pero ese momento no se 10 puede determinar
fácilmente, no se encuentra en estado puro. Es necesario que todas las fuentes
eurísticas y críticas del concepto se hayan agotado, yeso para todos sus
dominios y contextos. Ahora bien, es inevitable que las desigualdades de
desarrollo (no puede dejar de haberlas) y la necesidad de ciertos contextos
continúen haciendo estratégicamente indispensable el recurso a un modelo, del
cual se sabe, por 10 demás, que funcionaría como un obstáculo en el punto más
inédito de la investigación.
(…) se podría mostrar que la semiología de tipo
saussureano ha desempeñado una doble función. Por un lado, un papel crítico
absolutamente decisivo (…) Sin embargo, Saussure no ha podido dejar de
confirmar esa misma tradición, en la medida en que continúa utilizando el
concepto de signo. De este concepto, como de cualquier otro, no se puede hacer
uso de un modo ni absolutamente nuevo ni absolutamente convencional: se está
obligado a asumir, de manera no crítica, por lo menos una parte de las
implicaciones inscritas en su sistema. En Saussure se encuentra al menos un
momento en donde él debe renunciar a extraer todas las consecuencias del
trabajo critico que realiza. (…)
El texto completo se
puede leer aquí.
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